Lavadoras, cervezas y yogures griegos.
Como soy un poco idiota – aunque eso ya lo sabíamos -, y ayer me dediqué a caminar sin parar durante 9 horas sin parar, hoy no me puedo ni mover. Mi rodilla se está cagando en mis muertos, vaya. Y mi traumatólogo cuando vaya a verle, probablemente también lo haga.
La cosa es que, como no caminaba dos pasos, pues decidí quedarme en casa. Es domingo y es la superbowl.
En principio, quería ir a verla a algún bar por eso de que yo no me entero de la misa la media del futbol normal, pues como para enterarme del extranjero. Viendo que los precios de lo que en España llamaríamos una caña rondan los 9 dólares, creo que paso.
Tengo cerveza en casa y FOX online. Total, lo más interesante son los anuncios y el espectáculo del medio. Y el show es de Shakira y Jennifer Lopez, así que tampoco me interesa mucho a parte de admirar lo increíble que está JLo con 50 años.
Mucho se habla de Jane Fonda, que quien me diera llegar a mí a los 80 en esos tacones de aguja, pero la Jenny from the Block, otro tanto de lo mismo. Que le quedan mejor los vestidos que se pone la Pedroche en Nochevieja y encima te baila en lo alto de una barra como si lo hiciese todos los días para meterse en la cama.
PERO YO NO VENÍA A HABLAR DE ESO. Venía a contarte mi domingo de introspección o algo así.
Que, básicamente, he dedicado el domingo a labores del hogar. Limpiar, vaya. Ser una señora de mi casa… o de casa ajena en este caso. Porque limpiar a mí me despeja la mente y el alma. Vale, sí, estaré aquí de turisteo, pero turisteo un mes en una casa.
He dedicado el domingo también a lavar la ropa a mano. Porque tengo una pila muy grande, jabón y pocas ganas de dejarme 30 dólares en el cleaner. Que estoy de turisteo, pero a lo pobre y solo de pensarlo me duele el alma, el riñón y el bolsillo. Vamos, no me dejo 9 dolares en cerveza, tampoco 30 en la cultura americana de que las lavadoras son el demonio. #NOSINMILAVADORA
Porque el turisteo está bien, pero cuando vas a estar tiempo fuera y no estás de hotel, también necesitas sentirte en casa un poquito, y nada hace sentirte más en casa que limpiarla. Por lo menos a mí, vaya. Lo hacía cuando mis padres me dejaban sola con 15 y lo sigo haciendo a día de hoy. Limpias como a ti te gusta, colocando las cosas donde a ti te viene mejor y organizando todo a tu bola.
Además, como es domingo y solo salí de casa a comprar y a sacar a los perros – y lo hice con el pijama debajo de la sudadera y del abrigo -, tienes que visualizar todo esto con el moño despeinado de dormir y por supuesto sin maquillar. De las ojeras ni hablamos.
Sienta bien pasar los domingos así, dejándote de mascarillas y cosas que nos hacen creer que nos van a quitar los problemas, las arrugas, los traumas y el desastre de vida que tenemos, y haciendo la salsa de tomate de la yaya. Incluso aunque estés a 6000km de distancia de la vida real y técnicamente debieras estar viviendo la ciudad porque estás de vacaciones.
Créeme, gastarte 15 dólares en TRES YOGURES, una bolsa de patatas, y un pound (que no llega a medio kilo) de pasta en el súper, es vivir la ciudad. Es empobrecerte a lo americano por un yogur griego.