no fear no miedo
Reflexiones

Lo que me da miedo

Hace poco hablaba con una amiga sobre los miedos. Yo tengo muchos, innumerables. Y estoy cansada de que intenten demonizarlos y hacerlos de menos. Mis miedos me hacen humana, vulnerable, frágil. Como un vaso de sidra, que puede romper en cualquier momento. Siempre he sido miedosa, qué le voy a hacer.

Por ejemplo, me da miedo la soledad. La sensación de quedarme atrás, en el sentido más amplio de la palabra.

Tengo miedo a hacer daño sin querer. O que me lo hagan.

Me sigue dando un poco de miedo mi coche y me aterran las alturas.

Me da miedo el cambio climático. De hecho, me da miedo el cambio. Punto. Siendo el cambio tan necesario como es.

Me da miedo la gente sin miedo, porque quien no tiene miedo a nada es quien no tiene nada que perder, quien más peligro tiene.

Me asusta que se me pueda malinterpretar y entonces alguien se ofenda o piense que soy estúpida. Por eso no me callo ni debajo del agua. También me da miedo subir una foto a redes sin querer o que se me abra la cámara cuando estoy en el baño.

Me da pavor conocer gente nueva. Aunque luego sea maja y me lo pase bien. Me da miedo ser una pesada con quien estoy conociendo y me importa.

Me dan miedo las pelis de sustos. Que no de miedo, el miedo es de lo que estoy escribiendo ahora. Lo que me da miedo es el susto, porque pienso que mi corazón se va a parar en algún momento. Me da miedo la enfermedad, porque siempre creo que las tengo todas. O caerme sobre una esquina y sacarme el ojo sin querer. Me da miedo no despertar y que no haya nada más al final del tunel. Que nadie me recuerde después.

Tengo miedo a los bichos en general y las arañas en particular. Mucho. Y asco también. También mucho.

Me asusta el ridículo, con lo ridícula que yo soy y lo que mola.

Tengo miedo a volar, pero lo sobrevuelo pensando en el destino.

Me da miedo el machismo y los machistas.

Me espanta que me echen maldiciones por la calle. #NoSinMisSupersticiones.

Me da miedo que piensen que voy a robar en una tienda cuando solo estoy mirando. O tener alguna conducta sospechosa cuando está alguna autoridad cerca, ponerme nerviosa y cagarla sin culpa, como en las pelis.

Me horroriza pensar en perder el rumbo. Que la historia se repita una vez más.

Vivo acojonada porque la pandemia se alargue todavía más y la normalidad no vuelva nunca.

Me da miedo cargarme lo que tenemos. Que tan rápido como llego, se vaya. Que te des cuenta de que todo lo que te gustaba de mí es una mentira y lo acabes odiando. Tengo miedo a que todo se acabe de golpe, sin explicación. Otra vez. Que vuelvan las oscuras golondrinas, y con ellas el dolor.

Me aterra la distancia. Supongo que si tengo miedo es porque merece la pena. También que esta sensación no se vaya nunca, que me acompañe siempre y eso evite que los brillos sean todo lo brillantes que puedan ser.

Me da miedo que cada día pueda ser el último. El desconocimiento y el no saber tampoco me gustan.

El miedo forma parte de nosotros: de lo que somos, de lo que vivimos y de lo que nos importa. De nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. El miedo nos humaniza, las vulnerabilidades nos acercan.

Tengo miedos, pero al final todo cambia y el miedo es libre.

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