Querido Diario...

Querido diario: Febrero, el mes de la semanas perfectas

Querido diario:

escribir esperrao en maquina de escribir
Me gustaría deciros que os escribo más o menos así, pero mentiría.

Aunque no me conoces mucho en ese aspecto (aunque alguna pista ya he dado), yo soy muy neuras con todo lo que tiene que ver con la organización. Sobre todo, con la organización mental. Me gusta ver las cosas ordenadas y si no me cuesta procesar las cosas.

Cuando algo me estresa o me agobia, me pongo a recoger. Si necesito pensar, ordeno el armario. Y cuando me enfado, recojo la cocina. También, cuando me emborracho y estoy en casa, recojo y limpio. Soy un caso.

febrero

Cuando estaba en la universidad y tenía que coger apuntes, tenía que cogerlos y maquetarlos yo. Me daba igual que estuviesen bonitos, yo lo que quería era que tuviesen sentido para mí. Que los títulos llevasen números, y los que iban dentro de esos títulos llevasen numeración inferior (1.1, 1.2…) y los que van dentro de esos, lleven otros números más subdivididos aún (1.1.1, 1.1.2,…). Y así, yo podía hacer mis esquemas, y mi cabeza podía decirme «ey, esto va aquí» o «ey, esto va allá«.

Es que vamos a ver, si algo va dentro de otro algo, ¿por qué poner el mismo tipo de título? ¿por qué darles el mismo orden? ¿por qué no meter uno dentro de otro? En fin, no tenía sentido ninguno y mi cabeza hacía cortocircuito.

Yo tampoco, reina.

Encima, como manejaba bastante bien el Word, la teníamos liada. Si alguien me pasaba los apuntes, me podía tirar una tarde entera de estudio organizándolos a mi manera y corrigiendo faltas de ortografía antes de ponerme a estudiar, porque sabía que si no, no me iba a entrar el contenido. Di tú, que al final esto implicaba leérselos, saber de qué va la movida y organizarlos bien, entonces eso que tenía ganado y aprendido sin darme cuenta. Igual es hasta una técnica de estudio.

Yo tenía mi propio método: en clase cogía los apuntes a mano y ese día por la noche los pasaba a limpio y maquetaba en el ordenador. ¡Qué tiempos tan organizativamente orgásmicos y yo sin darme cuenta! Eran todo ventajas: ni tenía que llevar el ordenador a clase, ni tenía que estudiar después mucho para el examen porque quedaba todo retenido de tener que hacer los apuntes y pasarlos a limpio.

febrero

A la gente a la que esto le da igual, pues le da igual y ya. Pero a mí no, a mí me cuesta. Yo me divido las tareas en tareas más pequeñas, y estas en subtareas. Tengo apps para organizarme. Organizo las carpetas del ordenador y hasta les pongo colores. Ordeno mi escritorio, hago que todo esté organizado y luego puedo empezar a trabajar.

Por eso febrero me da buenas vibraciones, sin ser yo de vibras y energías ni nada de eso. Porque tiene las semanas perfectas: empieza el día 1, lunes, y el día 28 es domingo. Y entre medias hay las 4 semana que solemos decír que tienen los meses «aproximadamente«.

«aproximadamente»

Desde que soy bien pequeña me produce una satisfacción tremenda que los meses comiencen en lunes. Ni hablemos cuando el 1 de enero es lunes. Es casi orgásmico. Son meses hechos para hacer propósitos, porque se junta el «empiezo el lunes» con el «empiezo el día 1». ¡Es que no hay escapatoria!

Este mes, el 1 de Febrero fue lunes. Ya llevamos un mes de 2021. Y aunque no cambie nada, igual que no cambia nada con el año nuevo, que el día 1 sea lunes, a mí, me pone. Me pone a tope.

Este mes de febrero todo saldrá bien. Esperemos, vaya.

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