TRES PREGUNTAS QUE HARÁN QUE TODO TE LA SUDE

Estamos todo el día intentando controlar cosas que no podemos controlar, sintiéndonos culpables por cosas que no deberíamos y comiéndonos el coco. CONSTANTEMENTE. Hasta que acabas hasta el coño, imaginándote escenarios apocalípticos que no se le ocurriría ni a Ryan Murphy como respuesta a todas las preguntas que te planteas. Todo sale mal y punto. No hay manera de remediarlo. Solo quieres ver el mundo arder.

Somos muchos los que no podemos no pensar. Ya lo comentaba cuando hablaba de las relaciones pasadas. Simplemente es algo que no podemos controlar. Yo solo quiero que ALGUIEN LE DE AL BOTÓN DE OFF DE MI CABESA. Por favor, gracias.

Si incluso a veces la cosa más nimia te quita el sueño, si tu cabeza va por delante en todo momento, entonces tienes que ponerle remedio, está claro. Es más fácil decirlo que hacerlo, como todo, pero por intentarlo no pierdes nada.

Para ello, te traigo tres trucos. Más bien, tres preguntas que hacerte:

PREGUNTA 1. ¿Está en mi mano hacer algo?

Hay veces que nos comemos la cabeza día y noche con cosas que se escapan a nuestro control. VEASE: la entrevista de trabajo que has hecho hace un rato y no sabes si te volverán a llamar, ese examen que has hecho y que mañana te dan la nota, a ver si el churumbel se va a olvidar de llevar la merienda…

Mira, stop. Ya vale. La entrevista está hecha, el examen también, no lo puedes cambiar, está hecho, pasó y “lo que pasó pasó entre tu y yo”. Si temes que el churumbel no se acuerde, será porque tiene edad suficiente para acordarse y, si no, que pase hambre.

PREGUNTA 2. ¿Soluciono algo pensando esto?

Es la continuación de la pregunta anterior. Si no está en tu mano hacer nada, ¿por qué sigues dándole vueltas? Hay veces que es inevitable, lo se. Pero tienes que intentarlo o te acabarás volviendo puto loca.

Intenta autoconvencerte que no haces absolutamente ningún avance pensando en algo que no puedes controlar. Apúntatelo en un post-it. O mejor, apúntatelo en la frente. Con un cartel luminoso. Pero quítatelo de la cabeza en el momento en el que aparezca.

PREGUNTA 3. ¿Hay algo más que pueda hacer y, sobre todo, es productivo que lo haga?

Igual si el churumbele no se acuerda de llevar la merienda se la tienes que meter en la mochila, pero ¿realmente quieres hacer eso? Ya verás como cuando lleve tres o cuatro veces pasando hambre, milagrosamente se acuerda él solito… Y si no, que pase hambre (bis).

Hay veces que lo hacemos todo, que ya no queda más por hacer, otras en las que igual algo sí que podemos hacer, y otras en las que no es ni siquiera productivo que lo hagamos.

Entre tanto, let it go, como cantaba Elsa en Frozen.