El día de la mujer, no me felicites.
En el día de la mujer no me felicites. En lugar de eso entiende.
Infórmate.
Haz cosas para que no tenga que haber un día de la mujer y podamos ser iguales. No solo «en la teoría». También en la práctica.
Se empieza por cosas sencillas. Eduquemos en cosas básicas. Hagamos educación sexual. Sexual de los sexos.
Eduquemos.
Eduquemos en el respeto. Eduquemos en bien tratarnos unos a otros.
No soy tu posesión. Soy mía y me quiero libre.
No me acoses.
Mis circunstancias personales son mías y de nadie más.
Por decir lo que siento no estoy loca. No me pongo histérica. No tienes que perderme el respeto ni la consideración.
Me visto y me acuesto cómo y con quien quiero. Y da igual mi talla, mi edad o mi sexo.
NADIE tiene que juzgarme por ello.
Soy mucho más que un número en una báscula. Soy más que la presión social a la que me veo sometida diariamente. Soy más que dos tetas y un culo.
Soy más que toda la publicidad sexista que recibimos en los medios.
No necesito ser salvada por principes o caballeros andantes. Yo me salvo a mí misma.
No necesito que nadie me complete.
Soy igual de capaz a la hora de ejecutar un trabajo.
Debería cobrar lo mismo que cualquier hombre. Y tener las mismas oportunidades.
No tengo que justificarme de mis decisiones de tener O NO hijos, pareja, trabajo o cualquier otra cosa. La vida de cada uno es propia, y la vive como quiere.
En el día de la mujer, no me felicites.
En el día de la mujer únete a mi lucha, y quizás algún día no haga falta celebrar un día de la mujer. Porque si nosotras paramos, se para el mundo.