No eres mi amiga, eres mi lapa.
Todos tenemos una amiga lapa (o más, pero espero que no) y a veces no nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde.
Sí, hablo de esas “amistades” que se comportan como cualquier cosa menos como amistades. Y no me refiero a algo sexual, que eso ya sería otra cosa.
Me refiero a esas personas que solo te hablan cuando les pasa algo o quieren quejarse. Eres su cubo de la basura cuando no tienen nada más que hacer y aunque tú estés igual de jodida, no te hacen ni puto caso. Cuando acaban de contarte, cuelgan, o cuando intentas contarles cualquier cosa, cambian de tema a ellos nuevamente.
O igual un día su novio sale de fiesta con sus amigos y entonces te dice de quedar a tomar algo como antes, porque hace mucho que no íbamos a tomar algo. Y te tiras dos horas escuchando a una persona rajar de su pareja, de su trabajo, de su familia y hasta de su perro si tuviera.
Llamadme exagerada, pero no es mi concepto de amistad. Así, por lo que sea.
Además, por si fuera poco, tiene patrones contigo. La tienes totalmente calada, y lo sabes.
Por ejemplo. Te habla para preguntarte qué tal, porque sabe que te ha pasado algo. Le dices que bien, que mejor, y antes de que te de tiempo a profundizar en ese “bien”…
¡BOOM!
Aytiapuesyoestoyhastaelculoporquemiraesqueeltrabajoesquelamedicaesquevoyatenerqueirporquetengoquedarledecomeramiabueloporquetengoquellevarelcochealavarporquemehecomidoundonutylohecagadomalporquenometengoporquetrabajomuchometienenexplotadatuvequeirabarcelonaavalenciaamadridachinayvolveren5horasylavidaesunamierda…
En el fondo, encima, sabes que se queja de vicio. Quiero decir, a cada uno le afectan las cosas como le afectan, y ahí no voy a decir nada, pero lo de esta gente es ya por demás.
Si tienen pareja se quejan de lo horrible que es su pareja (y tienen la culpa siempre de todo, hasta de matar a Chanquete, por cierto). Si no tienen pareja, se quejan de su soltería. Si tienen trabajo, es que su trabajo es siempre una mierda. Si no lo tienen, es que no me quieren en ningún lado…
Todo así.
Y no te atrevas a decirles que se están comportando como la persona más egoísta habida y por haber, que la tenemos montada. Se tienen a si mismas, ante todo, como personas dadoras, que están ahí siempre para todo el mundo, buenas, dignas de beatificar.
Entonces, claro, es una ofensa en toda regla que te atrevas a decirle a esa “amiga” que, oye… que muy bien que te quejes de que tu novio no es tan cachas como el anterior, o de que le gusta demasiado ir al gimnasio, o de que siempre te arrimas a tíos que no te convienen, o de que tu trabajo es una mierda, o de cualquier cosa,…
Pero verás, yo también quiero contarte cosas que me pasan. Y resulta que no todas son necesariamente malas, porque yo no me tiro las 24 horas del día quejándome de todo lo que me pasa. Y cuando me pasan cosas malas, agradezco unas palabras de aliento. Eso es lo que hacen los amigos, ¿no?
Lo peor es que en el rincón más profundo de tu corazón, lleva tanto contigo que le has cogido cariño. Son como esos pantalones que llevas teniendo 20 años en el fondo de armario porque crees que en algún momento te volverán a entrar o se volverán a llevar, pero que están medio rotos, pero te encantan, pero sabes que los tienes que tirar, pero no quieres, porque, aunque sabes que no tienen ningún tipo de utilidad, te encantaban.
Ahí está la clave, te encantaban.
En pasado.
En el pasado, tal vez fue una gran amiga, igual que ese pantalón que era lo más de lo más y lo ponías en todas las discotecas. Ibais juntas a todas partes, os contabais todo, y teníais mucha confianza. Pero ya no. Ya no salís juntas, ya no os contáis la cosas, no confías en ella y cada vez que te habla es de manera muy desconsiderada y tú pones esta cara:
Chica, pues creo que tú, yo, y el vecino sabes lo que tenéis que hacer. Que dejen de succionarte la vida. Si ya lo dice la Marie Kondo esa, y eso que no me gusta nada.
Haz el favor, coge esos pantalones, y tíralos a la basura.
Que unos pantalones que no te valen, no se llevan y no hay por donde cogerlos no es que no tengan utilidad, es que no los quiere nadie ni para reciclar.
Y si quiere mantener la amistad, de una mala, siempre podrá ir a la farmacia a por esto:
Nota. Ningún pantalón viejo, ni ninguna otra prenda, ha sufrido daños (graves) durante la redacción de este artículo.
4 Comments
Yoana
Que gran artículoooooo ole ole y ole
Natalia
Muchas gracias! Me alegro de que te guste!
Carmen
Muy fan de tu selección de gifs
Natalia
via GIPHY