50 cosas que me gustan

Sol Aguirre, de Las Claves de Sol, propone un ejercicio que es anotar cada día tres cosas que te gusten para llegar a tener una lista de 1000 en un año. Aunque sean cosas mínimas, pequeñas. ¿No sigues a Sol? Síguela, ¿no lees a sol? Leela. Asín de fasil. Saber qué cosas te gustan ayuda a que te centres en ellas y potenciarlas.

Así que, ante esta propuesta, me he puesto a pensar, y desde el 1 de mayo he sacado estas 50 cosas que me gustan.

Escribir.
Leer.
Hacer reír a los demás. Ser payasa.
Las flores. Tenerlo todo lleno de flores, a todas horas.
Viajar. Conocer mundo.
Organizar viajes. Dos de mis cosas favoritas en el mundo, la organización y viajar. Lo que nos lleva a…
Organizar cosas. Desde organizar mi escritorio a una fiesta.
Mis tazas: la de Batman, la de Friends, la de mi padre…
Mis potingues de Rituals. Mi olor es el del Ritual de Sakura. Crema hidratante, aceite de ducha, exfoliante, bruma para la piel, crema de manos… tengo el pack completo. Sin ser esto publicidad, ojalá me regalasen algo.
Mi ordenador portátil. Es una pijada, pero me encanta. Es ligero, es bonito y lo utilizo todo el día.
El café con leche del bar de debajo de mi casa.
Mis páginas web. Son mías, las hice yo, las cuido… y me encanta.
Mis libros y mi ebook. Mi estantería llena de libros.
Mis clases del máster; mis compañeros del máster; mis profesores del máster. Mi máster. Pena que no podamos acabar el curso juntos y revueltos.
Fantasear, ilusionarme. La sensación cuando fantaseas y te ilusionas. Incluso cuando sabes que te puedes pegar una hostia terrible.
Bailar. Mucho y muy fuerte. Hasta quedar sin zapatos.
Las pegatinas de las paredes de mis habitaciones, tanto la de casa como la del pueblo.
Grandas de Salime. Mi pueblo. Mi sitio.
Mi meneo diario con la Patry. Poco más que añadir.
La foto de mi padre. Las fotos de mi padre en general.
Tatuarme.
Mis uñas pintadas de rojo. Tanto las de los pies como las de las manos. A juego.
Tomar algo con mis amigas. Café, sidra, cerveza, tes o lo que sea.
Mi vestido negro con plumas de Zara, que compré y apenas pude poner con todo lo de la cuarentena.
Esa sensación cuando consigues algo muy dificil, que te estaba costando horrores, y ahora lo haces perfectamente.
La mochila de Pesadilla Antes de Navidad que compré en Niuyor.
Las sidras con Esther. Los cafés con Nuria. Los tés con Rocío. Mis amigas, en general y en particular.
Pintar. Todos los cuadros que tengo por casa.
Mis sandalias con tacón de madera que no voy a poder poner este año a este paso.
Mi bufanda de Pimkie que tiene más años que yo que sé y me sigue combinando con toda la ropa de invierno que tengo.
Oviedo. Echo de menos vivirte sin límites, todos los rincones, más allá de las cuatro calles al rededor de mi casa, con mascarilla.
Mis perros.
Jane Fonda. Ojalá llegar a los 80 con esa tersedad y elegancia.
Friends.
Un chai latte bien hecho.
Desayunar fuera de casa. Tranquilamente, con un libro, en una terraza.
Mi bizcocho de chocolate y nueces.
Entrar en una librería y pasarme horas dando vueltas por allí.
La papelería. Boligrafos, folios, libretas…
Los sábados.
Contestar a los comentarios que me escribís a los artículos.
Mi piel suave después de ducharme y embadurnarme de crema.
Parks and Recreation.
Mis labios rojos. Que con mascarilla no se ven.
Madrid. Te echo de menos.
Las tardes con mis amigos del coro.
Chris Pratt. Oh yisus.
Mi piercing en la nariz.
Las 3894573957 libretas y bolígrafos que tengo repartidos por todos mis bolsos y los rincones de la casa.
Las bibliotecas. Coger un libro, echarle un ojo, sentarme en cualquier mesa, sillón o incluso en las escaleras y pasar la tarde.