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Lo que hago

La palabra correcta en el momento adecuado

Me asombra como ha cambiado mi vida desde que decidí escribirla. Solo hoy, he escrito dos textos sobre cosas muy distintas, pero no puedo evitar que mi cabeza se desarrolle en palabras que necesito plasmar en el papel. O, en este caso, en el papel virtual del Word.

Desde que decidí escribir mi vida, palabra a palabra y párrafo a párrafo, todo tiene más sentido. Podría decir que los colores son más brillantes o que la música suena mejor, pero mentiría: desde que decidí escribir mi vida, palabra a palabra y párrafo a párrafo, las palabras tienen mayor peso.

Encontrar la palabra correcta en el momento adecuado es un arte. No soy yo Garcilaso de la Vega ni nada que se le parezca, pero noto la evolución por momentos en las yemas de mis dedos chocando con el teclado. Noto como cada texto es diferente al anterior, como cada pensamiento es más textual que el anterior, como cada palabra es más precisa que la anterior. Supongo que, como todos los artes, debe tener una base, pero cuanto más lo trabajes mejor se te dará.

Recuerdo que cuando estaba en primaria escribí una redacción, un cuento del que estaba muy orgullosa, y pensaba que la profesora iba a estar muy contenta. Me puso un suficiente alto. Creo que en ese momento me alejé un poco de la idea de dedicarme a las letras. Dicen que los niños son crueles, pero los profesores también. Nunca supe qué tenía que mejorar de ese texto.

Han pasado más de 18 años desde eso, y ahora yo misma noto la evolución, la conexión, la madurez de mis propios textos. No soy Federico García Lorca, ni Ángel González, ni Miguel de Unamuno, vale. Tampoco quiero. Yo quiero ser yo.

Desde que decidí escribir mi vida, palabra a palabra y párrafo a párrafo, todo tiene más sentido, porque incluso soy capaz de identificar mejor mis sentimientos, de expresarlos con más claridad.

Yo decidí escribir mi vida cuando tenía 12 años. Por increíble que parezca, yo ahí abrí mi primer blog, en My Space, de manera anónima. Más tarde me abrí un par de blogs, con 14 y 15 años. Escribía lo que me nacía y tenía un seguidor al que le encantaban mis textos. En el coro, siempre me encargaban a mí escribir los cuentos. En pintura, compartía mis poemas con mis compañeros.

De alguna manera, las palabras y los párrafos me han acompañado haciendo que mi vida fuese más vida. No hay profesor de primaria, ni métricas lo suficientemente bajas que hayan hecho que deje de escribir mi vida.

Porque mi vida es más vida desde que decidí escribirla. Solo hay que encontrar la palabra correcta en el momento adecuado.

baby yoda, palabra
Y os dejo aquí a Baby Yoda porque siempre presta verlo.

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