Querido diario: Hoy me he dado cuenta de que soy una cabeza flotante
Querido diario:
Hoy, me he dado cuenta de que soy una cabeza flotante.
Sí, verás. Te cuento.
Iba yo tan tranquila por la calle cuando de repente, lo vi todo claro. Miré a mi derecha y ahí estaba, un gran cartel con una chica en bikini que decía:
¡Ten un cuerpo!
Ahí me di cuenta de que había vivido engañada toda mi vida.
Tú piensas que tienes un cuerpo, y oye, que no. Que ni eso. No se, yo nunca me había sentido especialmente diferente.
Que mi cuerpo podía gustarme más o menos ¿sabes? Como a todos, pero creía que tenía. Y bastante grande, también te lo digo. ¿Cómo he estado tan ciega?
Pero esta chica en bikini me ha hecho darme cuenta de que no, que eran todo cosas mías y en realidad soy una cabeza flotante que vaga por ahí.
En definitiva, resulta que soy una cabeza flotante así que puedo ir por ahí en pelotas porque nadie me va a ver. También puedo prescindir de comprar ropa porque sería un poco raro, imagínate.
Así que mira, pasando.
Que digo yo que así ahorro dinero para poder irme de viaje. Además seguro que consigo que alguien me lleve como equipaje de mano y me ahorro el billete.
Con lo que me gusta comer, solo espero que no vaya todo a parar a la papada, porque antes al menos se repartía un poco entre todo el cuerpo. Pero como no tengo, pues oye.
Ojalá preguntarle a Matt Groening como pensaba que lo harían los de futurama, para hacerme una idea.
Igual si viajo a los Steits puedo ganarme la vida como decoración de Halloween. Incluso de Navidad en alguna casa un poco creepy. Al menos habré cruzado el charco para quedarme.
Ser una cabeza flotante parece ser todo ventajas, imagino que le acabaré pillando el truco a lo de no tener cuerpo.
Ya veremos en qué acaba todo esto.
Y tú, ¿tienes cuerpo o eres una cabeza etérea?