Resistid, queridas.
Estando yo tan tranquila en mi casa leyendo el periódico del domingo a las 2 de la mañana (hace 4 años), me topé con un titular que me hizo sentir… muchas cosas a la vez.
Te lo muestro:
Esto tiene tela, resulta que la única esperanza para nosotras, las gordas, de ser alguien, es Kim Kardashian.
Tócate los cojones.
Esto nos lo dice una periodista y lo ha publicado en un periódico. Tócate los cojones otra vez.
¡Y yo que pensaba que iba a poder ganarme la vida como cabeza flotante!…
Pues he de decir, periodista – si es que a eso se le puede llamar periodismo – que yo estoy gorda y no necesito que Kim Kardashian me dé esperanzas para nada. Mucho menos para «ser alguien». Que también te digo yo, que vaya ejemplo de mierda me vas a poner.
Ha de saber usted, periodista, que lo que marque la báscula no tiene nada que ver con lo que yo sea o deje de ser como persona, o afecte a mis logros laborales y/o personales. Del “famoseo” ni hablamos.
Mejor dicho, no debería, porque con su artículo, lo que está haciendo es fomentar que la sociedad se crea que por tener kilos de más, eres menos.
Ahora, cuatro años más tarde, me he acordado de este artículo y me he encontrado otro, de hace dos años, también relacionado con Kim Kardashian, en el mismo periódico. En el artículo mencionaban lo gorda que estaba Kim, tras haber dado a luz.
Hace no mucho, las redes se revolucionaban con esto mismo y Meghan Markle. Es que ni parir, macho.
Y yo digo ¿Qué coño os pasa?
¿A esto ha quedado relegado el periodismo?
Que, digo yo, ¿cómo no va a tener cualquiera complejos y le a va a costar a cualquiera quererse a si mismo viendo mentalidades como esta ocupando una página entera de un periódico?
Porque sí, periodistas de chichinabo, estas cosas pasan. Resulta que puedes quererte mucho peses lo que peses, uses la talla que uses o te pase lo que te pase.
Realmente, que siga existiendo gente que acepte dar bombo a artículos como estos da mucho que pensar. Porque aunque un periodista lo haya escrito, al menos un superior ha tenido que darle el visto bueno, y que nadie dijera nada al respecto.
Estos artículos, nos hacen de menos, nos hacen ver como un número. Una persona es muchísimo más.
Estos artículos vienen a decirnos que si no estás dentro del canon no eres nadie. El resto nos da igual. Nos la suda. NOS LA TRAE AL PAIRO. Da igual lo mucho que te esfuerces, o lo mucho que te quieras, o lo mucho que curres. Venga, hasta luego, Mari Carmen.
Y yo me pregunto… ¿Dónde está la esperanza del periodismo? ¿Dónde está que yo la vea?
Entre que aparece y no… No puedo decir más que: resistid, queridas, resistid. Que parece que aún nos queda mucho que aguantar. Y que cada uno haga lo que le de la gana y sea feliz. Digo yo.
2 Comments
lourdes
Hasta el moño de que se valore a las mujeres principalmente por su imagen!!
¿Alguna vez has leído algo tipo «la impresionante barriguita cervecera de Ernesto de Hannover después de una noche de farra»??
Dejad de juzgarnos, que somos muchísimo más (por muy gordas que estemos) de lo que marca la báscula…
Natalia Cachafeiro
Se puede decir más alto, pero más claro imposible!
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