Muerta no estaba, pero de parranda pues tampoco
Hace 5 meses que no subo post por aquí. Cinco largos meses. Meses de subidas, bajadas, duelos, ansiedades y cambios. Muchos, muchos cambios.
Seguro que no te cuento nada nuevo y que recordarás que escribí que la vida es una mierda, pero resulta que ser adulto no es un chollazo. Para nada. Y que se suele decir eso de que no estaba muerto y estaba de parranda, pero de parranda lo que se dice parranda… pues tampoco. Estaba haciendo OBLIGACIONES DE ADULTO. Como pasar un duelo, hacerte cargo de casa, trabajar, ordenar todo física y mental mente y no morir en el intento. Tirar, vender y recolocar. Despedirse y avanzar. Ha habido cambios en mi vida que no entran en un solo post. Como dice Rosalía, yo me transformo.
Las mudanzas son amargas, las fechas señaladas, pues también. Y el estar todo el día de arriba para abajo mata la creatividad de cualquiera. Pero no creáis que no pienso mucho en vosotras, que me leeis. Pienso. Y mucho. Pero la vida no me da para todo y a veces hay que priorizar, sobre todo porque todo lo que se me ocurría escribir era bastante deprimente y cero patatero en el tono de este blog que tanto adoro.
Pero a veces para recordar esa parte creativa y graciosa solo necesitas reírte un poco hasta que se te levante un dolor de cabeza de reírte y tragar agua en la piscina para que se te ilumine un poco la bombillita. A veces solo necesitas parar de trabajar y tomarte una caña. Sometimes, lo que necesitas es mandarlo todo a la mierda durante un rato y volver a tus lugares favoritos, que no han cambiado pero la que has cambiado has sido tú. A veces solo necesitas volver a pintar. A poder ser, rajando mientras lo haces con tus compañeras y profe como si fuesen tus amigas de toda la vida.
Going through changes.
Así que este fin de semana he parado, me he tomado una caña, he pintado y he ido a mi happy place. ¿Sabes que es eso del lugar feliz? Es ese lugar que, al imaginarte en él, te da paz. El de Phoebe es un bosque, el de Monica el piso de Richard con un whiskey. Yo este fin de semana fui a mi happy place pero no mentalmente, fui en riguroso directo. Porque mi lugar en el mundo es el embalse de mi pueblo, desnuda, con mi pareja, riéndome. Creo que eso dice mucho de mi. O, más bien, lo dice todo. Risas, amor, humor, gozo, desnudez y agua.
Lo de la desnudez, pues no sé, soy sexóloga y disfrutona, algo habrá. Lo del agua quizá te descoloque, pero es que desde que tengo uso de razón siempre he querido ser una sirena como la sirenita y me pasaba las tardes de verano en la piscina de mi pueblo a remojo como un garbancito. Cosa que sigo haciendo siempre que puedo. Lo demás, creo que se explica solo.
Y parece que ha funcionado. Parece que las ideas van volviendo. Poco a poco, con cada boceto hecho, con cada risa, con cada caña y con cada parón de la vida adulta que tanto aborrecemos yo y los 24792742724024 adultos del mundo mundial, la creatividad ha vuelto. Así que igual lo que tengo que hacer es darle una vuelta de tuerca al blog y a mi mente, por lo menos hasta que el resto de mi alrededor se estabilice y pueda volver a ver el lado humorístico y sarcástico de las cosas. A no ser que quieras que saque a relucir mi humor negro creepy, que de eso tengo toneladas.
Entre tanto, seguiré subiendo lo que escriba, sea lo que sea. Porque escribir no he dejado de hacerlo, aunque no lo comparta con el mundo. Tampoco creo que sabría vivir sin ello. Pero quizás el contenido sea más ligero, vital y diario, como las columnas de Carrie, rollo “mientras caminaba por la carretera empedrada que lleva al embalse no pude evitar preguntarme ¿algún día segarán los laterales de la carretera o tendremos que llegar a tener una desgracia el día menos pensado para que el sistema se ponga las pilas?”.
Pero bueno, eso se irá viendo. Que parece que la luz se va viendo al final del tunel.
¿Cual es tu happy place? ¿Qué es lo que más aborreces de tu vida de adulto?