Zorra: serlo y parecerlo
Hablemos de lo importante:
Últimamente se habla mucho del síndrome de la impostora. En el último post yo dije que exponerte empodera (porque lo hace). La semana pasada fue reyes y mi tía me regaló el libro “El Manual de la Perfecta Cabrona” y todo esto no puede venir más al pelo.
Me lo leí en una tarde. Es un libro sobre asertividad, al fin y al cabo. Pero asertividad orientada a mujeres, porque a nosotras se nos ha educado desde jovencitas a tener que ser y estar. Tres verbos que van de la mano. A, además de serlo, parecerlo. Por eso el síndrome de la impostora nos machaca más, por eso nos cuesta más decir que no. Por eso cuando tu jefe te manda, es lo normal, pero cuando tu jefA lo hace, es una cabrona. En realidad, no es una cabrona. Es una zorra (en el mejor de los casos).
Cabrona me parece que es una traducción un poco pobre para la palabra bitch. Porque en inglés suena muy bien decirte que saques a tu inner bitch. Yo hubiese puesto zorra y me hubiese quedado tan ancha, la verdad. Pero “Manual para sacar la zorra que hay en ti” seguro que no les gustaba a las editoriales en 1994.
Hace poco me decía una chica de Instagram que escribiese sobre por qué nos cuesta ser más seguras y qué hacer para conseguirlo. Pues por todo esto, querida. Por educación, por tradiciones, por que nos han hecho creer que cuando decimos abiertamente lo que queremos, lo que sentimos, somos unas zorras.
¿Nunca te han llamado histérica? ¿Nunca te han dicho que si estás de regla cuando te quejas por algo como si no tuviésemos derecho a quejarnos? ¿Nunca has sentido que no te mereces tanto elogio? ¿Nunca te has tenido que reafirmar como jefa por el motivo que sea? ¿Nunca te has echado la culpa después de que te hayan plantado/hecho ghosting/tratado como una autentica basura? La respuesta a la mayoría de estas preguntas será: sí. Y lo más probable es que después te hayas sentido mal, y hayas acabado pidiendo perdón.
Pues yo prefiero que me llamen zorra mil veces a tener que tragar más mierda. Habla. Di lo que sientes. Di aquello con lo que no estás de acuerdo. Di NO. Di que no quieres ir al cine en la primera cita porque lo que te gusta es hablar y pasear. Dile a ese capullo canario que te hizo ghosting hace unos meses que es un maleducado y que qué se está creyendo. Dile a ese que tienes que aguantar en el trabajo que la jefa eres tú y que si quieres le pasas un calendario de tu ciclo menstrual. Dile a la señora de la cola del súper que ibas tú primero y que no se cuele. Que no quieres un nuevo plan de fibra y televisión, señores de jaztel.
Vamos, que llames esa BITCH, con más frecuencia. Que conteste ella al tipo del ADSL. Hasta el punto en el que esa bitch, seas tú. Empieza con cosas pequeñas y luego pasa a cosas más grandes. Porque poner las cosas en su sitio empodera, igual que exponerse. Ser un poco zorra no deja de ser otra manera de exponerse. Exponerse a que te lo llamen.
Y si te lo llaman… pues tómatelo como el piropo que es, por lo que significa: que estás poniendo las cosas en su sitio.