El ataque de la decoración navideña

Harta estoy.

¿Es realmente necesario que, en los supermercados, grandes superficies e incluso en las tiendas de chinos YA ESTÉN LOS ADORNOS NAVIDEÑOS? ¿Los turrones? ¿LOS POLVORONES? ¿¡LOS MANTECADOS!?

¿Pero qué queréis, que la gente empiece ya con el Suchard? ¿con el Panettonne? ¿Qué la gente se coma ya un calendario de adviento entero del día 1 al 24 todo de una sentada? Entonces ni operación polvorón ni ostias, no es que no se adelgace para nochevieja, es que ¡ni siquiera voy a poder mantener la talla que tengo!

Menos mal que a mi todos estos postres tipicamente navideños no me gustan. Reconozco que no soy yo lo que se dice, fan de la navidad… de hecho, soy más bien un poco Grinch: la odio con todo mi ser.

Pero mi odio a la navidad es un tema que ya exploraremos, imagino, cuando llegue el momento y esté algo más quemada.

Es que, sinceramente, no lo entiendo. Hace ya un par de semanas (es decir, estamos hablando de la primera quincena de octubre) que en Mercadona han puesto los calendarios de Adviento.

Señores de Mercadona, vais a intoxicar a los pobres niños porque esos calendarios de chocolate cuando llegue el 1 de diciembre van a estar más pasados de moda que las hombreras y las permanentes con tenacilla.

Que ni siquiera han pasado Halloween y difuntos todavía, por amor de Dios.

Así está luego la gente: cansada. Que hasta el más amante de la navidad (ya, ya se que no todos), cuando llega el día 5 de diciembre y encienden las luces, está cansado. No lo disfruta porque lleva ya viendo dibujos de papá noeles, muñecos de nieve, belenes y demás parafernalia durante dos meses enteros. DOS. MESES.

Es que parece que no, pero dos meses tragándose adornos navideños a todas horas es mucho tiempo. Acabas hasta la pesetilla ya de las luces y del adeste fideles.

PUES IMAGINATE SI ENCIMA NO TE GUSTA LA NAVIDAD.

Hombre ya.